Una encuesta encargada por Mastercard detectó que el 72% de los consumidores está preocupado por cómo las empresas utilizan su información. Un tema que quedó en evidencia con la pandemia y el aumento del e-commerce, en el que todavía quedan retos por afrontar.
Los expertos coinciden: con la llegada del Covid-19 y su imparable impulso al comercio electrónico, se ha incrementado el volumen de datos que las compañías manejan y almacenan respecto a sus clientes. “Esto ha aumentado los riesgos para consumidores y empresas a robos o malos usos de los datos personales, y por esto la privacidad de los datos se vuelve prioritaria”, advierte Ricardo Seguel, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez.
En este contexto, y “debido a la explosiva aceleración de pagos digitales que trajo consigo la pandemia, se hizo aún más visible la urgente necesidad de aumentar la seguridad de las transacciones con protocolos cada vez más rápidos y eficientes que eviten que las personas desistan de sus compras”, explica Gerardo Urra, director Business Development de Mastercard.
La compañía realizó recientemente una encuesta a nivel mundial que reveló que el 72% de los consumidores está prestando más atención a cómo las empresas utilizan sus datos y que desean más privacidad, protección y seguridad para su información. Por el lado de las empresas, en tanto, un 88% de los ejecutivos consultados afirmó que esta preocupación debe estar en el centro de la estrategia y las prácticas de gestión.
Sin embargo, a juicio de Ariel Díaz de la Rosa, gerente comercial de NovaRed, firma chilena de ciberseguridad. “muy pocas empresas en Chile han tomado real conciencia de la importancia de la protección de los datos de los consumidores y usuarios de sus plataformas”, lo que obedecería a que la legislación en la materia todavía no ha logrado ser actualizada según las necesidades actuales. “Mientras tanto, el Estado este año ha entregado facultades adicionales al SERNAC para que pueda tener un rol de protección de datos personales en transacciones comerciales”, comenta Seguel.

Más protección
“Los datos se han transformado en el petróleo de este siglo”, recalca De la Rosa. Para Seguel, en su protección se juega la confianza de los consumidores en las empresas, una “reputación digital sobre la cual se mantiene la economía digital con sus billones de transacciones diarias”.
El impacto no es menor, pues si ocurre una fuga o robo de datos personales, le fallan a sus clientes y a la economía digital, añade el académico, y suma un dato: según IBM, el costo promedio global de una fuga de datos puede alcanzar los US$ 4,24 millones, cifra que en Latinoamérica llega a US$ 2,56 millones.
Por eso, es clave que las compañías tomen medidas. Modernizar la infraestructura de seguridad, empoderar a los jefes de tecnología y de seguridad de la información, así como conformar áreas especializadas en estos temas son algunos de los pasos que las empresas están dando, detalla el gerente comercial de NovaRed.
Seguel agrega que las organizaciones están apuntando al refuerzo de controles de acceso físico y biométricos a las instalaciones donde se almacenan los datos y a las fuentes de información, así como a mejorar los procedimientos y protocolos de control de acceso y uso de los datos. “Algunas tecnologías de tendencia son las que monitorean cómo y quiénes están utilizando los datos por medio de los Host-based Intrusion Detection Systems (HIDS), los sistemas de control de acceso Zero-trust, y sistemas de prevención y detección de robos de información con Data Loss Prevention (DLP)”, afirma.
A nivel de pagos electrónicos, Urra explica que “las transacciones online deben ser simples, seguras y rápidas buscando un balance entre seguridad y conversión de ventas, para lo cual es necesario incorporar Inteligencia Artificial (IA) y elementos biométricos”. En este sentido, una de las aplicaciones que va tomando fuerza es la biometría comportamental, solución que funciona antes de autorizar el pago y se encarga de autentificar al usuario a través de IA.
Nuevas soluciones
Mientras las empresas trabajan en sus propias definiciones para proteger los datos de sus clientes, hay tecnologías para que los comercios avancen en esta línea. Una de ellas es Identity Check, de Mastercard, que permite la verificación de la identidad del comprador a través del análisis de datos de la transacción, lo que luego se complementa con el historial de compra del cliente.
También está Tokenización, que apunta a proteger la data ayudando a los emisores y comerciantes a mantener seguros los datos de pago de sus clientes en transacciones online, donde se reemplaza el numero de la tarjeta por un número alternativo (“token”), un conjunto de 16 dígitos que emula el número real de la tarjeta.
Y la tecnología NuDetect, también de Mastercard, incorpora otra capa de seguridad antes del proceso de pago, que “puede identificar cómo la persona teclea el celular, en qué ángulo toma el celular, el lugar donde se encuentra ubicado, o bien, si el aparato es el mismo que usa siempre, lo que se puede comprobar a través del código IMEI o IP”, detalla Urra.